Por metalización se entiende la aplicación de una capa de metal prefundido a la superficie del producto metalizado. En otras palabras, es la pulverización en caliente del producto. Esta tecnología también se conoce como lapeado. La metalización se utiliza como protección de la superficie de un producto o de sus componentes cuando se requiere una mayor resistencia a la corrosión química del material del sustrato.

En la metalización, el material metalizado -zinc o aluminio- se funde en una pistola metalizadora y se acelera contra la superficie mediante aire a presión. En la metalización, sin embargo, no todo el material se adhiere a la superficie a tratar, sino sólo una parte. Durante la metalización, el material restante se esparce por la caja de metalización y es necesario aspirarlo con mucha intensidad y filtrar el aire. El aire y las partículas metálicas forman una mezcla explosiva, por lo que el sistema de extracción y filtración de aire debe estar diseñado para la extracción de polvos explosivos. Las partículas metálicas que entran en el sistema de extracción ya se encuentran de nuevo en estado sólido.